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martes, 8 de abril de 2014

Cuba y Estados Unidos: el gato y el ratón


Por: Fernando César López

Introducción

Recordemos que, tras la Segunda Guerra Mundial en el año de 1945, la hegemonía del mundo pasó a manos de dos enormes potencias globales: Estados Unidos y la Unión Soviética, que persiguen respectivamente, los modelos económicos del capitalismo y comunismo. Es a partir de este momento, en el que los dos bloques buscaran aumentar su zona de influencia geopolítica en distintas naciones del mundo, para establecer un dominio imperialista (político, económico y cultural)  sobre los mismos.

Diversas naciones son las que caen paulatinamente permeadas por la influencia de ambos gigantes. Se podría mencionar, por poner algunos ejemplos, a Turquía, China, Vietnam, Corea, (dividida en dos zonas) entre otras. Todos ellos se encuentran bajo el marco de la llamada Guerra Fría. Sin embargo, para efectos de este ensayo, nos centraremos en un país que ejemplifica, de manera idónea, la desmesurada lucha hegemónica de ambos bloques por tratar de imponer su voluntad a como dé lugar. Una nación que, durante toda la historia del siglo XX, fue un peón más de los intereses de las grandes potencias mundiales y que, desgraciadamente, sigue sufriendo en carne propia hasta el día de hoy, las consecuencias de la Guerra Fría. Nos referimos, por supuesto, a la caribeña nación de Cuba.

La historia de Cuba es una historia de sufrimiento. Una historia de lucha. Una historia de supervivencia. La cuba de principios del siglo pasado había estado prácticamente  bajo el control de los Estados Unidos, nación que ya se vislumbraba por aquel entonces, como una potencia mundial. No es sino hasta la llegada de un personaje, fundamental en la historia cubana, que cambia radicalmente el panorama en todos los ámbitos, para la nación caribeña; un personaje mítico y controversial conocido como Fidel Castro.

A partir de el triunfo del movimiento revolucionario cubano el 1 de Enero de 1959, Cuba deja de ser fundamentalmente,  un peón más de la megalomanía capitalista. De admirarse es que Cuba pone, por encima de cualquier cosa, su soberanía como nación, antes que entregarse a las garras del imperialismo estadounidense. Si, es cierto, Cuba se “pone los pantalones” y le dice que no al gigante americano, pero a su vez, cae presa del otro gigante, que imperaba mayoritariamente  en países que se ubican en el lado oriental del planeta. Irónicamente, se convierten en títeres por segunda vez; los hilos, a partir de este momento, serían manejados por la superpotencia soviética.

Aun hoy, después de tantos años y tras la caída de la URSS, Cuba sigue siendo esencialmente socialista. Lucha día con día para mantener este sistema en un mundo que es completamente neoliberal. A 52 años de la llamada “Crisis de los Misiles”, Cuba y Estados Unidos siguen manteniendo una tensa y distante relación política y diplomática. Pese a los intentos de negociación bilateral, la herida aún permanece vigente para muchos. El autor intenta afirmar en este ensayo que, nos es imposible hablar de la historia del siglo XX , sin hablar de la República de Cuba.

La Crisis de los Misiles

En pleno marco de la Guerra Fría, con el triunfo de las revoluciones cubana y china, así como las diversas luchas anticolonialistas de varios países orientales y africanos que buscaban terminar con la explotación de sus recursos naturales por parte de varias potencias europeas,(cuya hegemonía y control empezaba lentamente a declinar), el presidente Kennedy (apenas electo en el año del 1961),  estaba más que decidido a reiterar la política hegemónica que había mantenido Estados Unidos desde hace años.



Recordemos, a manera de  antecedente, que Kennedy había autorizado secretamente a la CIA, a principios de Enero de 1961, para continuar con el plan encargado de invadir secretamente  a Cuba y lograr, por medio de esta intervención, un levantamiento general en contra de Fidel Castro. El ejército cubano detiene de manera efectiva la invasión en Bahía de Cochinos, y Estados Unidos fracasa en deponer a Castro.
Aunada a esta invasión, esta la llamada “Crisis de Berlín”. Se tenía por objeto firmar un tratado de paz (iniciativa soviética)  entre E.U y la URSS para ponerle fin a sus respectivas zonas de influencia en Alemania. Los acuerdos fracasaron debido a la insistencia y negativa por parte del presidente Kennedy de abandonar la zona occidental, ya que representaba una gran pérdida económica para los intereses de la nación americana.

Sin embargo, el suceso que implicó  un cambio significativo entre las relaciones de ambos bloques fue la famosa “Crisis de los Misiles” en el año de 1962.

En el mismo año, la URSS había decidido tomar una iniciativa que, hubiera tenido como consecuencia, una guerra nuclear. La revolución de carácter marxista de Castro, había acerado a Cuba y a la URSS bastante, y esto permitió que los soviéticos comenzaran con la instalación de misiles en la isla, mismos que ponían en riesgo nuclear a los Estados Unidos.

El 22 de Octubre de 1962, Kennedy anunció públicamente, por medio de la T.V, la situación    de constante tensión entre ambas naciones. Para evitar que más misiles llegaran a la isla, impuso un bloqueo naval sobre Cuba; además del bloqueo, E.U había mandado a Cuba, varios bombarderos con armas nucleares en caso de que hubiera acciones militares.

Creo que es necesario mencionar, que en este caso, Kennedy fue mucho más prudente que Jruschov. Kennedy, analizando todas las posibilidades, entendió que la única forma de ganar más tiempo para negociar era con el bloqueo a la isla. Prudente y a sabiendas de lo desastroso que podía resultar una guerra nuclear, optó por darle un “Ultimátum” a los soviéticos. Nikita, en un principio, no consideró las consecuencias de una guerra nuclear y hubiera cometido un grave error si hubiera seguido los consejos precipitados e imprudentes de Castro de “dar el primer golpe a los imperialistas”. En Cuba, Jruschov no poseía una fuerza militar equiparable a la de los Estados Unidos y, una vez dándose cuenta de lo intempestivas que habían sido sus acciones, decidió desmantelar los misiles bajo la supervisión de la ONU. Inteligentemente , la URSS aprovechó esta situación en los acuerdos de paz para desmantelar los misiles que se encontraban en una base estadounidense en Turquía, mismos que representaban una amenaza para el bloque soviético. Asimismo, Kennedy prometía no volver a invadir Cuba. Por trece días, el mundo estuvo al borde del colapso.

La resolución pacífica de la crisis, propició un cambio significativo entre las relaciones diplomáticas de ambas potencias; resultado de este cambio fue la firma del “Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares” en Junio de 1963.

El Embargo Estadounidense hacia la Isla de Cuba

Desde el triunfo de la Revolución Cubana en el año de 1959, cuando aún se encontraba en el cargo el presidente Eisenhower. Desde sus inicios, la política de Eisenhower se había concentrado principalmente en detener la llegada de Fidel al poder, ya que desde un principio se veía claramente que no serían capaces de controlar a este personaje, como lo habían hecho con Batista años atrás, en beneficio (como era de esperarse) de sus intereses como potencia mundial. Ya no  podrían  ejercer un control sobre la nueva Cuba como lo habían hecho siempre.


El gran detonante que enfureció de manera notoria al los Estados Unidos, fue la expropiación de propiedades por parte de la administración revolucionaria, que pertenecían a los grandes monopolios norteamericanos que habían servido principalmente para fortalecer la economía de la potencia y no para beneficio de los miles de cubanos que vivían en la pobreza.

En un principio, los Estados Unidos no rechazaban las propuestas de Cuba para la nacionalización de bienes, que por derecho, le pertenecían a la isla. Pedían a cambio de dicha expropiación, una “compensación” por parte de Cuba. Sin embargo, es importante  señalar que Cuba se encontraba imposibilitada económicamente ya que la administración de Fulgencio Batista había vaciado las arcas públicas al momento de su exilio ( más de 60 millones de dólares ).

A partir de este momento, la nación caribeña se enfrenta a una serie de medidas que tendrán por objeto, desestabilizar al país internamente. Comienza con la disminución de la cuota azucarera que provenía de Cuba e inundaba el mercado norteamericano de los años sesenta. La producción de azúcar se ve fuertemente afectada por esta medida ya que además de las cuotas, se efectuaron otras medidas como la quema de centrales y almacenes azucareras que intentaban menguar significativamente la economía de la isla.

Otras medidas que tenían por objeto, el mismo fin fueron la suspensión de las compras de níquel, el corte de suministro de petróleo, la reducción de turismo hacia la isla entre otras. Sumado a esto, las acciones invasoras de los Estados Unidos como en Bahía de Cochinos, tenían el mismo propósito solo que desde otro ángulo, el político. El gato no tiene clemencia con el indefenso ratón.

Sin embargo, los Estados Unidos no se limitan solo a un bloqueo económico; obligan a los países que se encuentran bajo su influencia geopolítica a no comerciar con la isla. Hay que resaltar que, bajo la mirada de Occidente, una mirada generalmente capitalista, se ve a la URSS y al comunismo como sinónimo de desestabilidad y desorden. Por lo tanto, muchos países verían, en aquellos tiempos, con malos ojos a Cuba.

A partir del mandato del presidente Kennedy en Febrero de 1962, el bloqueo se efectuó de manera formal. Las administraciones ulteriores han continuado esencialmente con esta política restrictiva. Si bien algunos presidentes se han encargado de disminuir y quitar algunas restricciones, como la prohibición a los estadounidenses  de viajar a Cuba, efectuada durante el mandato de Jimmy Carter ;otros se han encargado de “apretar” más estas medidas, como Ronald Reagan, que llegó a convertirlas en ley.

El bloqueo económico a la isla ha sido trastocado de manera significativa durante la presidencia de Barack Obama desde 2008, flexibilizando varias restricciones. A pesar de que varios políticos y ciudadanos  estadounidenses están de acuerdo en que deben cambiar su política hacia Cuba, el Gobierno americano se muestra reacio a aceptar esta política de manera absoluta.

Se tocaran estos temas respectivos a este presidente, con mayor profundidad, en el último punto de este ensayo.

El Colapso Soviético

Hacía el año de 1985, la URSS seguía influenciada por una ideología “staliniana” de represión. No existían en los territorios de la Unión Soviética las palabras “Democracia” o “Equidad”. La sociedad había cambiado (como todas las existentes a lo largo de la historia de la humanidad), pero el régimen comunista se negaba a aceptarlo. Una clara, pero no la única muestra, del incipiente colapso eran los problemas que acaecían en la República Democrática Alemana, mejor conocida por el nombre de Alemania Oriental. La economía se derrumbaba, existía un Estado que se resistía al cambio, un Estado que no quería entender que las cosas habían cambiado desde los tiempos de Lenin.

Naturalmente, la eventual reducción de la economía soviética permitió que la influencia capitalista permeara en zonas que antes no se encontraban bajo su control. El capitalismo se ofrecía muy prometedor a los ojos de aquellos que habían sufrido la represión y el totalitarismo de los regímenes comunistas por varios años. 

En este año de 1985, surge en la Unión Soviética un proceso llamado “Perestroika” que significa transformación o remodelación. De la mano de este proceso surge un personaje importante, vinculado principalmente con los últimos años de la Unión Soviética, el líder Gorbachov.

La “Perestroika” esta dividida en tres etapas fundamentales que marcan el rompimiento de una serie de regulaciones y medidas, que hasta entonces habían imperado. En la primera etapa se restituyen las libertades de prensa (no totalmente, pero sí de manera significativa); la mayoría de los presos políticos y exiliados recobran sus libertades y derechos.

En la segunda etapa, se caracterizó por el desarme armamentista de la Unión Soviética. Es en esta etapa en la que cae el famoso muro de Berlín en 1989. La tercera y última etapa consistía en la no intervención en países que otrora fueran parte de su influencia geopolítica como Afganistán o Angola. En 1987, Gorbachov renuncia de la misma forma a la carrera armamentista y nuclear que había mantenido con Estados Unidos desde hace muchos años, por lo que con esto, se anuncia de una manera simbólica, el ”fin” de la Guerra Fría.

Si bien la “Perestroika” tenía como principio fundamental, el renovar y modernizar la economía soviética a fin de que lograra mantenerse como una superpotencia, con ayuda incluso de Occidente, el daño ya estaba hecho y era demasiado tarde para implementar un cambio. La economía de la URSS estaba prácticamente destrozada y el fin era inevitable.

La caída de la URSS se dio de manera definitiva en Diciembre de 1991 y de este modo, la subsecuente caída definitiva del comunismo a nivel mundial, salvo algunas naciones que aún lo practicaban ( y hasta el día de hoy), como Cuba.


Los años del Periodo Especial

Tras la caída del Comunismo, Cuba se encontraba prácticamente sola. Tendría que enfrentar los años venideros con extrema dificultad ahora que la URSS había desaparecido. En el ámbito económico, Cuba exportaba a la Unión Soviética la mayoría de sus productos, mismos que sostenían la, ya de por sí endeble, economía cubana. Cuba pierde a su más grande y único aliado económico en el año de 1991. Las restricciones del bloqueo que se mencionó en líneas anteriores no le permitía a Cuba comerciar con otras naciones. Pronto, las consecuencias se hicieron visibles. La isla caribeña ya no era capaz de generar los recursos necesarios para subsistir. La situación era insostenible.

En el año de 1990, Fidel Castro decretó el “Periodo Especial en Tiempos de Paz” una estrategia económica que permitía increíblemente la subsistencia de la isla, sin la necesidad de importar  ningún producto del extranjero. No obstante, la reacción de los cubanos fue de miedo e incertidumbre.
Se crean medidas para contrarrestar la crisis como la descentralización de la planificación económica, el fomento al turismo hacia la isla y el aumento de las remesas. Pero el problema persiste. Existe hambre, marginación y pobreza. Las cosas empeoran en vez de mejorar, la economía decrece rápidamente y no hay nadie que pueda sostenerla. Un hecho insólito se presenta en estos años de crisis. Una protesta callejera estalla el 5 de Agosto de 1994. Esta es considerada como la primera manifestación en contra del régimen revolucionario de Fidel. Ya no existe en estos años una Cuba revolucionaria y próspera, existe una Cuba con un régimen autoritario. Como muchos soviéticos en su momento, empezaron a mirar al otro lado, que ofrecía más oportunidades y sobre todo, dinero. El capitalismo empezaba a figurar entre la mente de los cubanos. 

A pesar de las dificultades, Cuba sale de la crisis con la llegada inesperada de un régimen socialista que habrá de cobrar fuerza en los siguientes años y será por consiguiente, el nuevo enemigo de los Estados Unidos. La Venezuela de Hugo Chávez hace su aparición en escena en el año de 1998 para rescatar a Cuba de la crisis.  A partir de ese momento, la economía cubana crece constantemente hasta el día de hoy.



Raúl y Obama: Encuentros y Desencuentros

Desde que Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl  en el año 2006, este ha empezado por desarrollar políticas que vislumbren el surgimiento de una nueva época para renovar las relaciones bilaterales que existen ente ambas naciones. Desde este año,  Raúl Castro se ha dedicado a implementar reformas económicas de un tinte, si lo podríamos llamar así, cada vez más capitalista.

Recientemente, se aprobó una ley en Cuba que permite una mayor inversión privada proveniente de extranjero en la isla. Se han hecho esfuerzos titánicos para atraer capital extranjero en su intento por demostrarle al mundo que Cuba  está listo para hacer negocios. Sin embargo, dentro del ámbito político, hay paradigmas que se niegan a desaparecer.

El bloqueo económico impuesto por Estados Unidos hace ya más de 50 años, no permite que  se realicen negocios de manera segura y absoluta, por lo que Cuba sigue teniendo problemas para atraer inversionistas. La presidencia de Obama ha flexibilizado, como ya había mencionado anteriormente, las restricciones del bloqueo y, aunque es criticado (el bloqueo) fuertemente a nivel internacional, nadie puede objetar ante la nación que prácticamente posee la economía más importante del mundo. No se tiene derecho a cuestionar al líder que mueve la economía global, desgraciadamente.

Conclusiones

Ciertamente, después de haber hecho las oportunas investigaciones para la realización de este ensayo y de haber tomado mis clases respectivas a la materia de Panorama Político, Social y Cultural del Mundo Contemporáneo, mi visión acerca de la nación cubana ha cambiado drásticamente.

La nación menos esperada del mundo, que nunca ha vislumbrado como una verdadera potencia mundial a lo largo de su historia, logra hacerle frente al gigante más poderoso del mundo pese a todos los intentos que hizo dicha nación por desestabilizar política y económicamente a la nación caribeña. Cuba para mí es un símbolo de resistencia ante el imperialismo estadounidense; una de las primeras naciones en decir “no” a la potencia que precisamente, no se le puede decir que no por todas las consecuencias que ha y sigue conllevando hasta el día de hoy.

Si bien es cierto, que Cuba estuvo al borde del colapso varias veces, nunca vio el camino de la rendición como única salida a su eterno sufrimiento y martirio. Siempre buscó y sigue buscando hasta la fecha, espacios que le permitan crecer. Cuba se niega a morir e intenta relucir de entre muchas naciones para decir al mundo “aquí estoy”. Cuba sabe, como México, lo que es vivir en una eterna lucha, y me atrevo a afirmar que seguirán por el mismo camino.

No podría redactar esta conclusión sin incluir al personaje más importante de la historia cubana (junto con José Martí) , el revolucionario Fidel Castro. Personaje irreductible que, bien es justo mencionar, Cuba probablemente no hubiera resistido a la megalomanía estadounidense de no ser por este hombre; Cuba definitivamente sería otra sin este gran líder que supo mantener la cabeza en alto, sin arrastrarse como muchas naciones “lame botas” que no saben hacer frente a los norteamericanos.

Sería un gran error de mi parte no presentar asimismo, la otra cara de la moneda. Si bien Castro es un gran líder, creo que cometió el error presente y endémico en muchos personajes de la historia latinoamericana; grandes personajes ilustres, defensores del liberalismo en sus respectivos países como Bolivar o Juárez, terminaron por ceder ante el gérmen del poder, mismo que terminó por corromper a Fidel y la revolución se transformó en dictadura. Hasta el día de hoy ,el poder sigue en manos de la familia Castro Ruz. El comunismo en la teoría es bastante aceptable, sin embargo,,la práctica es otra cosa muy distinta. Esta y otras perpetuidades características del régimen cubano deben terminar.

Desde mi punto de vista, Cuba está cometiendo el mismo error (aunque ya está cambiando) que cometió la URSS en su momento; el no aceptar que las sociedades cambian, y un mismo sistema (político o económico) no puede perdurar para siempre, este se debe acoplar a las transformaciones sociales que sufren continuamente todas las sociedades del globo, si es que no  se desea permanecer en el rezago absoluto.

La subsistencia de una nación socialista dentro de un mundo enteramente capitalista supone, aunque suene duro, su inminente desaparición. Cuba lo sabe y es por eso que se abre lentamente, ante las puertas del mundo capitalista. Posiblemente en algunos años, veremos una Cuba distinta, reconciliada e integrada en el mundo del siglo XXI.

Casi todas las naciones latinoamericanas, hasta el día de hoy, siguen a merced del gigante. Decirle "no" podría traer graves consecuencias políticas y económicas para cada uno de nosotros. La explotación de nuestros recursos naturales persiste; la megalomanía persiste; los intereses de unos cuantos persisten; la pobreza persiste; el hambre y la miseria persisten. Latinoamérica, desde hace muchos años y como diría la canción, es un pueblo sin piernas pero que camina.

Independientemente de las consecuencias y los efectos que trajo la revolución de 1959, Cuba debería ser un ejemplo para todos nosotros, porque se atrevió a no bajar la cabeza; Cuba entendió desde hace muchos años, lo que muchos de nosotros no hemos hecho y probablemente no haremos nunca: solo Cuba en carne propia sabe lo que significa no encadenarse  al imperialismo norteamericano. El precio que han pagado ha sido muy caro y eso lo tengo muy presente; pero al menos me queda claro que para esta nación, la soberanía y la patria no se vende.Pero sobre todo, Latinoamérica debe comprender a su vez, que los diversos problemas que sufre actualmente no son culpa únicamente del exterior; se debe mirar hacia al pasado y reconocer que nosotros mismos hemos cometido varios errores, aceptar nuestra negligencia ante los mismos y empezar a producir cambios significativos con base en lo que nuestra historia nos ha enseñado, para no caer en los mismos abismos de siempre. 

Latinoamérica más que diferencias, tiene similitudes entre las distintas naciones que la conforman. Nos une una misma lengua; un mismo origen; un mismo territorio; una misma cultura.Nos unen nuestros colores, nuestra calidez, nuestros paisajes, nuestra actitud hacia la vida e indudablemente, un mismo dolor y una misma lucha.

México, con Cuba y las demás naciones latinoamericanas, debería permanecer unida ante las garras de nuestro gran vecino del norte. Por eso, más que latinos, somos hermanos.





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